
Adultos mayores de 60 años.
Adultos con enfermedades cardíacas o pulmonares crónicas como: Asma, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), Insuficiencia Cardíaca Congestiva .
Adultos con sistemas inmunológicos debilitados.
Adultos con otras enfermedades crónicas, como obesidad y diabetes.
Adultos que viven en hogares de ancianos o centros de atención a largo plazo.








